Séneca,
filósofo latino (4 a.C. - 65 AD.), dijo: “Lo que las leyes no prohíben, puede
prohibirlo la honestidad”.
Desde siempre
el hombre ha buscado a través de diferentes métodos de investigación una
herramienta eficaz que le permita acceder al conocimiento del psiquismo humano.
Múltiples y variadas son las herramientas que se implementan en la actualidad
para investigarlo, para conocer sus motivaciones y e indagar sobre las
particularidades de su conducta.
Si bien entre
una empresa y otra pueden existir ciertas diferencias en lo referente a su
capacidad financiera, su tecnología, etc., siempre en definitiva el éxito o
fracaso de cada una de ellas depende de la capacidad, compromiso y dedicación de
sus empleados. Por lo que el reclutamiento y selección constituye un aspecto
crítico en el área de recursos humanos, ya que de la posibilidad de escoger el
personal más adecuado para cubrir un puesto preciso para determinadas labores,
dependerá el éxito empresarial.
Todo
empresario sabe que más allá de las óptimas aptitudes que un sujeto pueda
presentar para desempeñarse en un determinado puesto o cargo, debe ser ante todo
digno de confianza.
Hoy por hoy,
casi todas las organizaciones en algún momento de su existencia han sufrido
pérdidas a consecuencia de algún tipo de acto ilícito o de deshonestidad.
Fraudes contables, robos, hurtos, espionaje industrial, estafas,
falsificaciones, son sólo algunas de las múltiples posibilidades de delitos que
toda empresa puede sufrir de parte de alguno de sus empleados y que le genera
una pérdida en la rentabilidad. Por lo que, en las organizaciones, el principal
interés está encaminado a desarrollar sistemas de control interno que les
permita prevenir e impedir estos actos.
La utilidad de la grafología
Y es aquí
donde la grafología puede colaborar con su conocimiento y posibilidades a
través del estudio del gesto gráfico, identificando entre muchas otras cosas,
rasgos y patologías de la personalidad, carácter, estados anímicos,
sentimientos, tendencias, conductas, motivaciones, capacidades y aptitudes;
permitiendo prever a la hora de considerar el contratar personal, que el mismo
no sólo sea el profesionalmente más capacitado posible, sino también el más
honesto.
Esto es
posible porque la escritura es el acto resultante de un complejo proceso
psicofisiológico que refleja la organización del Sistema Nervioso Central y los
aspectos conscientes e inconscientes de la psiquis. Está asociada a la
evolución intelectual del individuo y a su capacidad lingüística y , de hecho,
son la evolución psicológica y la personalidad las que intervienen en la
particular interpretación que hace el sujeto respecto a los estímulos internos y
externos que recibe, con lo cual el modo en que éstos influyen en sus estados
de ánimo incidirán consecuentemente en la realización de formas gráficas
particulares, siendo el Sistema Nervioso Central el que recibe, reconoce e
integra las señales del ambiente exterior y de otras partes del organismo, y el
equilibrio bioquímico del cerebro el que predispone a reaccionar de maneras
variables, trasmitiendo la intensidad y frecuencia del movimiento escritural
conforme las condiciones y sus estados de excitación e inhibición, ocasionando
rasgos específicos que permitirán establecer las causas que los originan.
Como resultado
de estas posibilidades es que la grafología puede contribuir con su
conocimiento, convirtiéndose en una herramienta más a utilizar en los recursos
humanos, aportando datos que permitan clarificar y acotar las posibilidades
dentro de la evaluación, tanto de los diferentes candidatos a seleccionar como
colaborando en la investigación de los hechos ilícitos que ocurran en una
empresa.
La deshonestidad - motivaciones - la metáfora
del nombre del padre
Ahora bien,
para hablar de deshonestidad primero debemos tener en claro de qué se trata, ya
que hoy en día la deshonestidad se presenta bajo infinitas vestimentas.
Si bien
apropiarse de bienes ajenos es deshonestidad, también lo es no respetar la
palabra prometida, mentir, engañar, traicionar, estafar, descargar las
responsabilidades propias sobre las espaldas de los demás, explotar al prójimo o
incurrir en abusos de cualquier índole.
Para poder
evaluar la honestidad de un sujeto, es necesario tener en claro que su accionar
responde al estímulo del mundo que lo rodea y que cuando la deshonestidad se ha
convertido en su modo de vida, es porque ha desarrollado intereses y
motivaciones desviadas. De modo que la motivación es la que lo determina a
actuar y es algo que éste tiene dentro de sí, en su fuero íntimo, ya que si bien
la finalidad del acto es lo que satisface la necesidad (apoderarse – engañar –
mentir), es necesario que exista una motivación que lo impulse a esa actuación.
Y esas motivaciones pueden ser diversas, pero es de considerar que siempre se
originan en la metáfora del “nombre del padre”. Porque es en relación al padre
que se articulan los ideales y es este “nombre del padre” el que constituye una
función simbólica como representante de la ley.
El discurso de
la cultura actual hace una propuesta
iconoclasta promoviendo un desvío de la
conducta, empujando al sujeto a la búsqueda de la pura satisfacción, sin
represión, impulsando así la caída de los valores de la cultura. Sin embargo
para que esto ocurra es necesario que exista en la historia del sujeto, ese
padre “que no pudo ser”, “que quedó fallido”, un padre que falta en lo
simbólico, es decir, que falte un “nombre del padre” que establezca un orden.
Pero, ¿a qué
se denomina “nombre del padre”?.
Este concepto
es introducido por Lacan para actualizar la teoría del Edipo propuesta por
Freud. En ciertas etapas del desarrollo de un sujeto puede existir o no la
persona del padre, y esto no resultará significativo siempre y cuando en la
familia se satisfaga el requisito de que alguien cumpla la función paterna, ya
que si todo dependiese de la presencia física del padre, todos huérfano o hijo
de padres separados sería entonces un delincuente, y no existirían estos en las
familia en las que existe un padre físico.
A diferencia
del “padre real” cuya función es articular el deseo del sujeto con la ley, se
menciona como el “nombre del padre” a una función simbólica que representa la
ley y tiene un efecto de anudamiento que une el deseo a la ley y a la sociedad.
De que el
significante del nombre del padre se articule en el sujeto, dependerá que éste
pueda en el futuro tener figuras que representen la ley, sentir culpa,
responsabilizarse, ya que sin el nombre del padre no hay lazo social, se pierden
las expectativas de humanidad. La ausencia del “nombre del padre” significa la
psicosis.
Por lo que en
la deshonestidad, como en otros actos delictivos, si bien la finalidad del acto
es lo que satisface la necesidad, la motivación es lo que impulsa a la actuación
y el origen de la motivación es como articula los ideales y se relaciona con la
figura del “padre”.
Si bien
podemos hallar la deshonestidad tanto en personalidades neuróticas, psicopáticas
como psicóticas, por razones de los tiempos asignados en esta exposición
dejaremos de lado los condicionamientos psicóticos, ya que su espectro delictivo
resulta demasiado complejo y extenso de enumerar, como asimismo tampoco nos
abocaremos a aquellas patologías orgánicas que afectan la esfera moral de un
sujeto, conduciéndolo a cometer actos deshonestos.
Las personalidades neuróticas, psicopáticas y el
sentimiento de culpa
Sabemos que en
la neurosis hay sólo una alteración parcial de la personalidad, que existe
consciencia de enfermedad, angustia y normal consciencia de realidad.
La pregunta es
entonces ¿porqué el neurótico delinque? La respuesta es que el delincuente
neurótico comete un delito, porque está prohibido y su ejecución le provoca un
alivio psíquico.
Cuando Freud
analiza a este tipo de delincuente dice que su motivación reside en un
sentimiento de culpa que los impulsa, y que recuperan el equilibrio con el
castigo que alivia la culpa. El delincuente por sentimiento de culpa realiza el
acto para ligar su preexistente sentimiento de culpabilidad con un delito real.
De esta manera el delito le permite racionalizar la culpa, provocando alivio a
la tensión que se produce entre las pulsiones inconscientes y las fuerzas
reprimidas porque le permite liberarlas.
Es preciso
recordar que el sentimiento de culpa es anterior a la culpa, ya que no surge con
el delito, sino que es producto de un conflicto psíquico inconsciente que
proviene del complejo de Edipo y que el heredero del complejo de Edipo es el
Superyo que representa la consciencia moral, es decir, encarna al padre
restrictivo y prohibidor que impone los códigos morales, los comportamientos que
se consideran adecuados y las inhibiciones de la personalidad. Es decir, de
acuerdo a Freud, el Superyo queda asociado al sentimiento inconsciente de culpa
que en el neurótico se traduce como “necesidad de castigo”.
Sin embargo,
existe otra clase de delincuente, el que comete un delito sin sentimiento de
culpa y es el psicópata.
El psicópata maneja sus propios códigos, su propia ley
interior, con sus propias creencias y cierto desprecio por la normativa en
general, que va a hacer que para él el concepto del deber, en el sentido
comunitario del término, sea distinto al de una persona común, y estos códigos
propios son los que le permiten tener una conducta hacia la comunidad y otra
hacia sí mismo.
Sus escalas de
valores son diferentes a las de los demás, no tiene introyectadas las normas,
sino que las bordea. Para él las normas son un obstáculo a sortear y esta grave
falla de la introyección de las normas es debido a un funcionamiento patológico
o ausencia total de Superyo. De ahí que el psicópata sólo se siente responsable
y culpable en tanto y en cuanto respete o no sus propios códigos y no el de los
otros.
No tiene
culpa, porque la deposita en los otros, en consecuencia no se siente
responsable, ni siente remordimiento alguno. Esta falta de remordimiento es
posible porque el psicópata cosifica a las personas, es decir, les quita su
rango de igual, su valoración de persona en sí y lo convierte en su mente en una
“cosa”. Y una “cosa” puede ser usada, manipularse y hacerse con ella lo que se
desee.
Sin embargo
ahora la pregunta es ¿pero por qué el psicópata puede manipular al otro sin que
éste se resista?
Esto es debido
a que el psicópata capta, desde el primer momento, las necesidades irracionales
del otro, lo seduce, hace que el otro sienta que le es necesario, pero que él le
es mucho más necesario para el otro. Y esto es, por ejemplo, lo que ocurre en el
caso del estafado, donde el psicópata trabaja con la ambición del otro
ofreciéndole algo que en situaciones normales sería difícil de adquirir. Trabaja
entonces, en primer lugar, con la ambición del otro y después, por supuesto, lo
engaña.
Como es
egosintónico con su accionar, para él lo que está haciendo está bien, es
correcto y si algo sale mal, la culpa no es de él sino del otro. Por eso desde
el acto delictivo existe una gran diferencia entre la neurosis y la psicopatía.
Todo neurótico
se somete a sí mismo a la autoprohibición, la auto observación y la autocrítica
moral y de la misma manera en que de niño se veía obligado a obedecer a sus
progenitores, de igual manera se somete posteriormente a los imperativos de su
Superyo. Por ello, por ejemplo, cuando el neurótico obsesivo trasgrede las
normas y comete un acto deshonesto, está siempre presente en él la patología del
autorreproche, el remordimiento y la culpabilidad, es decir que el sentimiento
de culpa forma parte de sus síntomas. Mientras que el psicópata ignora el
sentimiento del bien común. La atrofia que sufre en su plano afectivo no le
permite incorporar normas y valores de convivencia social, las normas comunes
son para él sólo un obstáculo que se debe sortear y no lo inhiben. La creación
de códigos propios y su egocentrismo hacen que sólo esté atento a sus propias
necesidades. No se siente culpable puesto que para ello debería sentirse
responsable de sus actos y tomar consciencia de que falló y como ya hemos dicho,
el psicópata siempre considera que no es él quien falló, sino que fue el otro
quien lo hizo fallar y es culpable de lo que sucedió, por lo que la culpa
siempre queda instalada del lado del otro y en él siempre existe lo que
podríamos llamar entre comillas “la inocencia”.
Las diferentes formas de deshonestidad
Vemos entonces
que cuando decimos que un sujeto es deshonesto, estamos expresando, tal como
indica la palabra, que son sujetos con falta de honestidad, faltos de decencia
moral, de honra.
No sólo es
deshonesto el que roba o hurta o se aprovecha de los demás utilizando su
ingenio, también lo es aquel que miente, el que calumnia, el que promete lo
que sabe que no va a cumplir, es decir, el que no es sincero.
Cuando
hablamos de insinceridad nos referimos a diferentes formas de engaño consciente,
como la mentira, acto que también encontraremos incluido en la estafa, la
calumnia y la injuria y en donde el mecanismo es siempre el mismo – engañar al
otro en beneficio propio. Tanto se puede mentir a través del ocultamiento, como
del falseamiento. La diferencia se basa en que el que utiliza el ocultamiento no
da toda la información que tiene en conocimiento, es decir, no dice todo lo que
sabe en realidad, y si bien no está faltando a la verdad, la está ocultando, en
cambio el que falsea no sólo no dice lo que sabe, sino que brinda una
información falsa como real.
Si bien cuando
se dice que alguien es insincero pensamos siempre en la intención deliberada de
engañar a otros, no podemos sin embargo dejar de tomar en cuenta que, en
ciertos casos, puede no ser un engaño voluntario. Dentro de este último grupo
incluimos a los sujetos para los que, debido a determinadas alteraciones
psicopatológicas, la mentira se convierte en una característica axial en su vida
y se sienten impelidos a mentir, como sucede con los mitómanos que llegan a
confundir la fantasía con la realidad en un intento inconsciente de rechazar la
frustración del deseo, impulsados por una sobrecompensación narcisista
permanente.
Dejando de
lado este caso en particular, si en una escritura evidenciamos la tendencia a la
insinceridad y el engaño, es un signo de atención, si bien no siempre
significará la búsqueda del beneficio material, pues puede ser simplemente la
tendencia a no decir la verdad o al fingimiento, mas, si se detecta aunado a
signos de posesionismo, se agrava el problema. Cuando nos referimos a signos de
posesionismo lo consideramos, en este caso, como la tendencia a tomar posesión
de algo tanto a través de actos clandestinos, obteniendo algo de forma
oculta o furtiva; de mala fe, obteniendo algo de forma ilegítima y a
sabiendas; en forma turbativa, o sea obteniendo algo violentando lo que
pasivamente tenía otro o en forma violenta, que es cuando se obtiene algo
con el uso de la violencia. Como indicadores de posesionismo consideraremos los
signos de materialismo y acaparación, entendiendo el materialismo como la
sobrevaloracion material de objetos o dinero de forma exagerada y la
acaparación como la tendencia obsesiva a poseer objetos que se consideren de
valor.
Sin embargo,
aun en estos casos, no siempre será posible asegurar que la deshonestidad de un
sujeto llegue al extremo del robo o del hurto. Para ello será necesario que se
evidencien en el escrito los signos que se consideran de apropiación indebida.
Es decir, la tendencia a apoderarse ilegítimamente de una cosa de forma total o
parcialmente ajena utilizando la fuerza, como resulta en el caso del robo, o
sin utilizarla como sucede en el caso del hurto.
Cleptomanía
Como un caso
en particular, no podemos dejar de mencionar a la cleptomanía, donde el sujeto
no roba por necesidad económica.
Si bien la ley
no lo libera de toda culpa, sí considera este trastorno como un atenuante.
El DSM IV
incluye a la cleptomanía dentro de los trastornos del control de los impulsos,
especificando que consiste en la dificultad que presenta un sujeto para poder
controlar los impulsos de robar cualquier objeto a pesar de que éste carezca de
valor económico o no le resulte necesario para su uso personal. Hoy, nuevas
teorías, han comenzado a asociar la cleptomanía con un desorden de la voluntad,
que en algunos casos, se corresponden a deficiencias químicas cerebrales. El
cleptómano siente una tensión creciente inmediatamente antes de cometer el
robo, siente liberación, bienestar o gratificación en el momento en que lo
comete y una vez que la euforia desaparece siente ansiedad, culpa, e ingresa en
un estado depresivo, ya que es consciente de que se trata de un acto equivocado,
que carece de sentido y que está cometiendo un delito. Sin embargo, aquí, el
impulso se impone a la norma moral.
Su diferencia
con el ladrón ordinario, es que no planea con anticipación el acto, roba a pesar
de tener medios para adquirirlo y de que tenga poco o ningún valor, no utiliza
cómplices, jamás usa o vende lo que ha sustraído, sino que lo oculta en su
hogar y en algunas ocasiones hasta lo devuelve secretamente. En la cleptomanía,
la tendencia compulsiva hacia la apropiación de objetos se debe a que estos,
para el sujeto, están imbuidos de un halo afectivo, Su acto es la consecuencia
de un conflicto emocional que simbólicamente descarga a través de sus hurtos.
Aquí el objeto sustraído suple, simbólicamente, sus carencias afectivas
históricas.
Algunos aspectos gráficos de la deshonestidad
Hasta ahora
hemos visto cuales pueden ser algunas de las características de la personalidad
y motivaciones que pueden conducir a un sujeto a ser deshonesto. Vamos a ver
ahora entonces cuáles son desde lo grafológico algunos de los componentes que
nos permitirán diferenciar algunas de estas actuaciones.
Siempre deberá
tenerse en cuenta que no existen signos aislados y que el análisis de la
escritura debe efectuarse interpretando las características generales y
particulares que se hallen presentes
-
La extrema
diferencia entre firma y escritura,
es indicadora de las
dificultades que presenta el sujeto para adaptarse e integrarse a la
sociedad. La insatisfacción, la inconstancia en la conducta. La máscara que
se impone para mostrarse ante los demás.
-
La
escritura ilegible,
señalará la insinceridad, la tendencia a rodear las
cosas con un halo de misterio, la necesidad de intrigar o de hacer dudar, la
falta de sentido moral que lo conduce a huir de las responsabilidades
-
La
ilegibilidad por deformación de las letras,
marcará la
ocultación de la verdadera personalidad con la intención de esconder o
encubrirse, que tanto puede estar originada por sentimientos de culpa, por
inadaptación o por inseguridad. Denotando la tendencia a rodear las cosas
con un halo de misterio, la necesidad de intrigar o de hacer dudar, la falta
de sentido moral que lo lleva a huir de las responsabilidades y la
insinceridad. Evidenciando a su vez un narcisismo que no le permite tener en
cuenta a otra persona que no sea él mismo.
-
Las letras
poco claras, equívocas,
indicarán el descuido de la verdad –
siendo su interpretación semejante a las anteriormente mencionadas – El
sujeto tiende a equivocar para favorecerse, con la intención de engañar.
-
Los
márgenes ocupados con texto,
demostrarán la tendencia a la tergiversación de los
valores y el desorden, siendo a su vez un síntoma del poco respeto que el
sujeto posee hacia lo que le pertenece a otros.
-
Un texto
que ocupa toda la página,
indicará la falta de respeto por el lugar de los
demás y lo que les pertenece.
-
Los
márgenes ocupados con texto,
demostrarán la tendencia a la tergiversación de los
valores y el desorden, siendo a su vez un síntoma del poco respeto que el
sujeto posee hacia lo que le pertenece a otros.
-
El borde
superior ausente,
será el reflejo de la inadaptación y un reforzante
de avaricia.
-
El borde
superior que se desplaza excesivamente hacia abajo,
señalará
la falta de sociabilidad y el materialismo.
-
Un margen
izquierdo en reducción progresiva,
evidenciará la organización defectuosa
del sujeto, el egoísmo, el egocentrismo, la codicia, la tendencia a no
cumplir las promesas hechas. Será a su vez un reforzante de avaricia o de
apatía.
-
Un margen
que avanza sobre el borde de la hoja,
marcará la impulsividad inconsciente
que no puede contenerse, la irreflexión, la agresividad y los problemas de
adaptación. Pudiendo señalar el afán de aventuras y riesgos.
-
Los
márgenes derecho e izquierdo irregulares,
denotarán la inestabilidad afectiva y
las dificultades de adaptación
-
Las jambas
que invaden el renglón siguiente,
(cuando no se corresponden con
alteraciones digestivas), evidenciarán que las necesidades
instintivas primarias – materiales son el punto de referencia del sujeto. A
su vez serán indicadoras del volumen de excitación instintiva y de la falta
de discriminación ética. Mientras que si son demasiado largas y
estrechadas: denotarán el excesivo gusto por el dinero y que las
necesidades que lo impulsan tiene fines económicos.
-
Las jambas
regresivas,
revelarán la existencia de un conflicto o frustración
que genera un estado de insatisfacción y la avidez de placer, dinero o
bienes materiales. Son indicadoras de la necesidad de apropiación y
acaparamiento.
-
Los
ganchos iniciales,
denotarán el materialismo y egoísmo sórdido, la actitud
de no dar nada, el resentimiento, la susceptibilidad, la sequedad de
conciencia con falta de generosidad y de espíritu de sacrificio.
-
Los
ganchos finales, señalarán la avidez, el acaparamiento, el afán de
posesión que se lleva a la práctica. La necesidad de llevar a la práctica
los propósitos con necesidad de retener.
-
Los rasgos
fijados desde zona inferior,
indicarán la predisposición
materialista, la hipocresía, la insinceridad, la deslealtad. La actitud
narcisista unida a intereses materiales.
-
Los
finales de mayúsculas prolongados hacia abajo, señalarán el materialismo.
-
Los
espirales al inicio y final de palabras,
serán el reflejo del egocentrismo, el
egoísmo, el deseo de posesión. La tendencia consciente o inconsciente, de
acuerdo a la ubicación, de apoderarse de lo ajeno.
-
El
predominio de los movimientos excesivamente sinistrógiros:
Indicarán
una sensibilidad reprimida., el excesivo egocentrismo y narcisismo
que tanto puede encubrir la tendencia a la hipocresía, la falsedad y la
mentira, como la tendencia a la apropiación indebida.
-
Los trazos
finales prolongados con tendencia a la izquierda,
(largo,
desproporcionado, en curva ascendente regresiva) Denotarán la tendencia al
acaparamiento insolente, segura y audaz. (“Rizo del descaro” de Moretti). La
apropiación audaz de lo que es propiedad de los demás.
-
El
estrechamiento entre palabras,
señalará la falta de educación y de
cortesía. La tendencia a ocupar el tiempo y el espacio de los demás. La
deficiencia en la apreciación de los valores. La falta de juicio crítico y
la falsedad en las afirmaciones Siendo, entre otros signos, uno de los
indicadores de un fuerte desarrollo del carácter oral.
-
Excesivo
espaciamiento entre palabras:
Restricción de los contactos con los
otros.
-
Los
espaciamientos muy variables entre letras, palabras y líneas,
reforzarán
los conceptos de agresividad y versatilidad.
-
El tamaño
excesivamente grande,
evidenciará el desconocimiento de los propios
límites, la falta de predisposición para reconocer las normas. La tendencia
del sujeto a interpretar de manera deformada la realidad, viéndola no tal
cual es sino de acuerdo a sus ideas y deseos. Será indicador a la vez de la
falta de consideración por la personalidad, derechos o pertenencias de los
otros. La ambición desmedida y la vanidad que evidencie serán, en este caso,
una supercompensación del sentimiento de inferioridad.
-
El tamaño
excesivamente pequeño,
será indicador de que posee un campo de
consciencia estrecho que limita su capacidad para comprender. Denotando a su
vez avaricia o disimulo.
-
El tamaño
excesivamente irregular, será un reforzante de mentira, de
inadaptación emocional, debilidad, inconstancia y falta de disciplina.
Indicando asimismo que posee un concepto de sí mismo que es oscilante.
-
Las
disminuciones bruscas del tamaño,
reflejarán el disimulo, la
falsedad, la hipocresía. Siendo a su vez indicador de la debilidad moral que
compromete la honestidad.
-
La
dirección excesivamente ascendente,
evidenciará el desorden moral y una
ambición excesiva y temeraria.
-
La
dirección sinuosa o muy irregular,
reflejará la falta de principios
morales donde a través del empleo sistemático de la mentira, el oportunismo
y la astucia, el sujeto variará su conducta y utilizará cualquier medio para
obtener lo que desea
-
Las
palabras sinuosas
denotarán una excesiva influenciabilidad y la falta de
criterio. Cuando a la sinuosidad se le sume el trazado ascendente, la
falsedad y la traición pueden ser una forma de actuación ya que, ambición
más flexibilidad, darán lugar al empleo sistemático de medios tortuosos para
llegar a la meta propuesta.
-
Escritura
complicada, constituida por trazos innecesarios que no están en el modelo
gráfico, será un indicador de la necesidad de llamar la
atención y de influir en los demás. La tendencia amoral, a enredar las
cosas, de intrigar con mala fe o causar daño a otros transformando o
deformando la realidad en su propio beneficio.
-
Los lazos
en la zona superior excesivamente inflados,
serán
indicadores de vanidad, acaparamiento y narcisismo. La falta de equilibrio
y de justeza de juicios. La poca adaptación mental y auto imagen deformada.
-
La
escritura redonda, indicará la autoindulgencia egocéntrica y confirmará la
tendencia al engaño, la falta de honestidad, el disimulo de las intenciones
y la predisposición a las insidias verbales.
-
La
escritura anillada,
Indicará la posición narcisista, el instinto de
posesión, la tendencia a generar intrigas, la falsedad y la habilidad para
engañar manipulando a los otros, con intención egoísta y ninguna
consideración real hacia ellos.
-
La
escritura filiforme señalará un Yo evasivo. La tendencia a rodear las cosas
con un halo de misterio. Una inteligencia oportunista. La necesidad de
intrigar o de hacer dudar. La falta de sentido moral que lo lleva a huir de
las responsabilidades. La tendencia a no decir siempre la verdad. Reflejará
la insinceridad, la mentira, la ambigüedad y la adaptación simulada. Será un
signo de confianza dudosa y de la adaptación de acuerdo a las
circunstancias, señalando además a un sujeto que hábilmente puede penetrar y
captar las necesidades de los demás y engañarlos, siendo común hallarlo en
los estafadores y los falsificadores. Indicará, a su vez, la tendencia a
huir de las responsabilidades. Los finales filiformes intencionales
dentro del contexto de una escritura de velocidad lenta, indicarán la
astucia, la evasión y la mentira, donde la tendencia al fraude, la
hipocresía, el disimulo y el engaño serán una forma de actuación permanente.
Denotará a su vez a un sujeto que promete cosas que sabe que no va a
conceder y que no va a cumplir.
-
La
escritura con exceso de arcadas,
indicará la tendencia al disimulo, a
la ocultación y la simulación, reflejando el encubrimiento de la verdadera
personalidad y la insinceridad. Aquí la predisposición a la mentira y el
hábil manejo de las apariencias tienen un importante papel en el engaño, el
fraude o la estafa. La amabilidad hipócrita, la ocultación, la simulación,
el egoísmo y el cinismo serán otras de las características propias de este
signo. Siendo también indicador de la predisposición a la apropiación y al
acaparamiento.
-
La
inclinación muy sinistrógira,
denotará la falta de espontaneidad y la necesidad
de actuar y pensar en beneficio propio, llevado por el narcisismo, el
egocentrismo y el egoísmo. Si se acentúa en la zona inferior
señalara la avidez por el dinero y los bienes materiales.
-
La
inclinación irregular o desigual,
será indicadora de la inadaptación al medio
ambiente. A su vez demarcará la tendencia a los cambios de actitud de tipo
moral donde la intensidad del deseo altera el sentido de la honradez.
-
La
velocidad lenta, reflejará el disimulo, la insinceridad, la auto ocultación y la
holgazanería. Acompañada con una presión floja, pastosa, blanda y
dirección descendente, señalará un sujeto fácilmente influenciable por
el ambiente circundante.
-
La
velocidad retardada, será un índice de freno, que reduce la espontaneidad.
-
La
velocidad explosiva en golpes de látigo, sacudida,
señalará
la mala regularización de las pulsiones instintivas.
-
La
continuidad interrumpida, es decir excesivamente desligada,
indicará
la poca adaptación a los problemas, el egoísmo y el narcisismo. Siendo a su
vez reforzante de avaricia.
-
La presión
floja, sucia, empastada, gruesa y blanda, dura, muy acerada, masiva,
desigual masiva, desigual acerada, desplazada,
las
diferentes formas en que se evidencie la presión en el escrito, serán
indicadoras de diferentes energías desplazadas o aumentadas del impulso,
donde, por ejemplo, una presión floja evidenciará la predisposición a
quedar fácilmente influido por los otros, la falta de resistencia que tendrá
a las presiones del ambiente que lo rodea y la moralidad dudosa; mientras
que si se evidencia como acerada, reflejará la imposibilidad que
posee de contener el impulso y la necesidad de descargar en forma inmediata
la tensión que lo domina exteriorizándolo a través de una acción motriz o
verbal. Será a su vez la falta de tolerancia a la frustración y la necesidad
de satisfacer en forma inmediata sus deseos; si es masiva, marcará la
predisposición a las descargas violentas estallando en el momento menos
esperado, y de forma desproporcional a la causa motivante, siendo
intolerante e incomprensivo. Indicando a la vez la necesidad imperiosa que
posee de dominar a los otros, el materialismo excesivo, la brutalidad o
directamente el instinto bestial. Si se evidencia como dura, será un
indicador de la incapacidad que posee para desarrollar afectos, siendo
inútil tratar de hallar en el mismo un lado sentimental o una adaptación al
sentimiento general, ya que primarán sus ideas y deseos sin importarle las
necesidades de los otros. La presencia de una presión excesiva con un
incremento del calibre – que puede identificarse con la denominada presión
robusta en sentido negativo con un calibre de ¾ - denotará la búsqueda de
satisfacciones materiales, la falta de consideración por la personalidad de
los otros y la predisposición a imponer en su trato sus preferencias con el
solo fin de satisfacer sus tendencias materialistas. La presencia en este
caso, en el escrito de barras de t en maza, será la tendencia
materialista sumada a la brusquedad que puede determinar un sujeto brutal
capaz de adquirir características bestiales para obtener lo que desea.
-
Letras con
borrones o llenas de tinta: Pereza. Inestabilidad. Renunciar ante
las dificultades.
-
Las letras
omitidas acompañadas de una ejecución lenta,
serán el
equivalente a la desaparición. A su vez indicarán la predisposición a la
negligencia o al descuido.
-
Los
retoques o correcciones,
se presentarán en ocasiones, por la interferencia de la
actividad inconsciente donde los impulsos o contenidos frustrantes o de
culpabilidad, casi siempre reprimidos, bloquearán la intención consciente.
Siendo característicos de las tendencias compulsivas que se evidencian en
los obsesivos y en los cleptómanos por sentimiento de culpabilidad
inconsciente. El retoque intencional lento, realizado como un dibujo
señalará la mala consciencia, la insinceridad y la tendencia a engañar.
-
La
tendencia a escribir la misma letra de diferentes maneras,
será un indicador de la variabilidad y la labilidad.
-
La
escritura suspendida – donde algunas letras se interrumpen antes de tomar
contacto con la base de la línea media - , será indicadora de la represión
consciente en la manifestación por no considerarlo adecuado, pudiendo estar
provocada por la intención de disimular, mentir u ocultar, ya sea por
conveniencia o por temor. Sin embargo, de acuerdo al ambiente gráfico en el
que se encuentre, señalará también el sentimiento de culpa inconsciente
producto de la conflictiva relación del Superyo con el Yo. La tensión que se
produce entre el rendimiento que puede lograr el Yo y las aspiraciones de la
consciencia será sentida, en este caso, como sentimiento de culpabilidad.
-
La
escritura inacabada,
donde se abrevia, omite o deja palabras o letras
sustituyéndolas por trazo en los finales – señalará en estos casos, la mala
fe.
-
Las letras
minúsculas que se escriben en mayúscula o viceversa,
pueden ser
indicadoras de la falta de valores o indicar una tendencia al desequilibrio.
-
Las
mayúsculas en lugar de minúsculas,
serán el reflejo de la falta de
discriminación ética, de la oposición a las normas, de la tendencia a
engañar y la locuacidad empleada con el fin de engañar, siendo común en los
estafadores.
-
Letras o
palabras intencionalmente equivocadas
(cuando el sujeto está
acostumbrado a escribir)
-
Letras
rotas, quebradas o fragmentadas:
Tendencia a ocultar las emociones
profundas. Instinto parasitario. (separación del trazo de letra a).
Necesidad de aprovecharse de los demás. Tendencia a pensar prescindiendo de
los sentimientos de afecto.
-
Letras
rotas,
compuestas
de dos pedazos juntos, serán confirmadoras de la insinceridad.
-
Los óvalos
con bucles internos,
reflejarán la tendencia a acaparar, la
insinceridad, la actuación interesada y la habilidad para aprovecharse de
los otros.
-
Los óvalos
excesivamente curvos
(como un canuto), Revelarán la tendencia a
la deslealtad, la falsedad o la ocultación. Siendo característico del
sujeto que cree que todo gira en torno a sí mismo.
-
Los óvalos
abiertos por debajo y realizados en sentido de las agujas del reloj,
corresponderán a un movimiento de encubrimiento del Yo. Este signo será
indicador de la tendencia a la apropiación, al acaparamiento, la hipocresía
y a la bajeza. Señalará a su vez la ocultación interesada para obtener
beneficios, la falta de escrúpulos, la tendencia a deformar la realidad de
acuerdo a la conveniencia, la mentira y la mala fe.
-
Los óvalos
cerrados con dos bucles,
denotarán el disimulo como principio de
vida y la tendencia a jugar a dos caras.
-
Óvalos con
doble vuelta,
mostrarán a un sujeto que puede ser persuasivo y capaz
de convencer a los demás aun no estando seguro. Pudiendo fácilmente engañar
a los demás, pues puede argumentar ya sea mintiendo por interés o por
egocentrismo. Poseerá un buen manejo de la intriga, pudiendo embrollar las
situaciones en su propio beneficio.
-
Los óvalos
con protuberancia en cuadrante inferior derecho con un rasgo envolvente en
la zona de cierre,
indicarán la tendencia a la apropiación indebida, el
poco respeto por la propiedad ajena, y la astucia sin escrúpulos. Con un
rasgo envolvente en la zona de cierre y signos sinistrógiros en espiral:
será un indicador de cleptomanía.
-
La letra p
en dos trazos conformando un número 12, señalará la sinceridad dudosa y la
falta de espontaneidad en los actos. El segundo trazo realizado en voluta
revelará una naturaleza egoísta, que esconde lo que piensa y la tendencia al
positivismo.
-
La letra s
que cae en el principio, mitad y final de la palabra,
indicará
la tendencia a mentir, la falsedad, la falta de ética, la
tendencia deshonesta en el manejo del dinero y la tendencia al robo.
-
Los puntos
innecesarios que se presentan en grupos, de acuerdo a las restantes
características gráficas, serán indicadores de la predisposición al robo o
al hurto.
-
Las garras
de gato,
revelarán el ocultamiento de las malas intenciones.
-
La firma
con predominio del movimiento,
con características negativas, indicará
mayoritariamente a la persona que no se siente cómoda en los patrones
habituales de conducta y que por lo tanto actúa de alguna manera
rompiéndolos, ya que vivencia estas limitaciones como una forma de
coartación a su libertad de acción o expresión. Reflejará la tendencia a
rebelarse ante todo aquello que signifique autoridad, norma o disciplina.
Siendo una característica de las firmas de los delincuentes, de los sujetos
con una personalidad conflictiva y de todo aquel que necesita ocultar sus
intenciones y verdadera personalidad.
-
La firma
ilegible, conformada por bucles generando un movimiento anillado,
en un
contexto general negativo o de escritura anillada, señalará la tendencia a
engañar en forma inescrupulosa mediante la astucia y la mentira, la
habilidad para manipular a los otros adoptando una actitud amable,
encubriendo de esta manera el egoísmo de quien busca solamente su propio
beneficio.
-
La firma
ilegible con velocidad lenta,
señalará la tendencia a la deslealtad y
a la intriga.
-
La firma
ilegible con un texto legible de connotación negativa,
corresponderá al sujeto que se oculta tras una máscara, para confundir y no
dejar ver a los demás lo que verdaderamente es; siendo también indicadora de
la tendencia a escaparse de la realidad.
-
La firma
ilegible con un texto ilegible o confuso,
será el
reflejo del disimulo, la ocultación y el engaño.
-
Firma
ilegible o muy embrollada por la rúbrica, con texto normal,
señalará
la astucia y habilidad para complicar las cosas, siendo u signo de
falseamiento y auto ocultación.
-
Los grupos
de puntos innecesarios al final de la firma,
indicarán
la mala intención y la tendencia a los actos deshonestos.
Dentro de los
signos de puntuación también podemos hallar elementos que contribuyan a la
interpretación, algunos de ellos son, por ejemplo:
-
Los
guiones largos, dobles y los dos puntos ennegrecidos,
denotarán a un sujeto que se encuentra en una situación de conflicto, que se
siente en un callejón sin salida y teme ser descubierto.
-
Los puntos
suspensivos o los dos puntos frecuentes,
señalarán
la mentira por omisión y el temor a ser descubierto.
-
Las comas
muy grandes,
indicarán generalmente, la predisposición a la actividad
doble, marginal e ilícita.
-
Los puntos
de letra i altos y gruesos,
significarán la tendencia a contaminar
la realidad con aspectos materiales dejando de lado la jerarquización de
valores.
-
Los puntos
de letra i omitidos,
no sólo corresponderán a la distracción, también
pueden ser indicadores del rechazo a la autoridad y a la rebelión contra el
conformismo.
De la misma
manera, puede evidenciarse la deshonestidad en las cifras, ya que existe una
notable relación entre los números y los problemas de posesión de bienes, el
afán de riqueza, la avaricia y el sentido de propiedad. Veremos entonces por
ejemplo que:
-
Los
números ubicados en forma desordenada, acompañados de otros signos de
deshonestidad, revelarán la tendencia a falsear, a deformar la vedad y
a mentir. Señalando a su vez la falta de claridad en el juicio de valores.
-
Los
números sinistrógiros,
pueden ser indicadores de la falsedad y el disimulo de
las verdaderas intenciones en cuestiones de dinero.
-
Los
números complicados o adornados,
evidenciarán la habilidad que posee el
sujeto para captar el interés de los otros en lo referente a cuestiones
económicas, guiado por un exacerbado instinto de posesión. Con un nivel
excesivamente bajo, indicarán la tendencia a actuar de mala fe,
enredando o confundiendo las situaciones.
-
Los
números demasiado curvados,
denotarán la poca solvencia moral en los pagos.
-
Los
números cerrados con doble anillo,
revelarán la falta de sinceridad.
-
Los
números con movimientos concéntricos, regresivos o sinistrógiros,
señalarán el egoísmo acaparador y la exigencia reinvidicatoria en lo que se
refiere al dinero.
-
Los
números realizados intencionalmente con poca claridad,
indicarán
la predisposición a confundir y engañar a los demás en las cuestiones
materiales.
Todos y cada
uno de estos gestos son solamente algunos de los muchos otros existentes que
combinados entre sí nos permitirán identificar la tendencia a la deshonestidad
en un sujeto.
En busca de la verdad
La herencia
biológica, la educación familiar y social, las vivencias acumuladas, le otorgan
al hombre una personalidad particular.
Muchas veces,
para algunos, la búsqueda de la satisfacción y del beneficio propio, no les
permite mantener una actitud honesta y de respeto hacia sus semejantes. Sus
propias motivaciones lo convierten en un imposible.
Hemos dicho al
comienzo que, “si bien apropiarse de bienes ajenos es deshonestidad, también
lo es no respetar la palabra prometida, mentir, engañar, estafar, descargar las
responsabilidades propias sobre las espaldas de los demás, explotar al prójimo,
o incurrir en abusos de cualquier índole.”
Detectar estas
tendencias y sus motivaciones es una de las posibilidades que ofrece la
grafología al ser una herramienta eficaz, que a través de un proceso válido y
fiable permite resolver en forma rápida estos requerimientos, contribuyendo en
la búsqueda de la verdad.
Búsqueda
verdaderamente necesaria, ya que como expresó el literato suizo, Alejandro Vinet
“La verdad no es sólo una idea que es preciso conocer; es además un aire
que es preciso respirar”.
Bibliografía:
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Grafología:
Crepieux – Jamin J. – ABC de la grafología –
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perfil de personalidad del psicópata – Apuntes de cátedra de grafopatología –
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Doyharzábal María del Carmen –
La presión en la escritura – apuntes de cátedra – 1998.
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Klages Ludwig – Escritura y
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Royán Meyniel Andrés – Tratado
de grafocrítica – Ed Trivium S.S., Madrid, 1992.
Streletski Camillae – Précis de
graphologie pratique – Éditeurs Vigot Frères – 1936
Vels Augusto - Diccionario de
Grafología y términos Psicológicos afines 4º Edición - Ed. Herder
Vels Augusto – Grafología de la
“A” a la “Z” – Ed. Herder – 2000.
Vels Augusto – Grafología
estructural y dinámica –– 1997 – 2edición. Ed Herder
Copyright
© María del Carmen Doyharzábal – Todos los derechos reservados.
Prohibida su reproducción sin autorización expresa.
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