Detección de patologías psíquicas y físicas en la escritura manuscrita
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LA INHIBICIÓN EN LA ESCRITURA

4º PARTE

María del Carmen Doyharzábal

ESCRITURA RETOCADA

Refiriéndose a la escritura retocada, así se expresan los siguientes autores:

Augusto Vels – Grafología de la “A a la “Z” – ED. Herder – 2000: ““El retoque es la corrección de un fallo escritural. Este fallo puede deberse a alguna letra o palabra incompletas, a haber escrito una letra por otra, haber omitido, olvidado o formado mal algún signo o por querer precisar o perfeccionar la legibilidad de una letra o de una palabra. Entran aquí la tachaduras de palabras si el tachado es poco frecuente”.

J. Crépieux – Jamin - ABC de la grafología – Ediciones Ariel – Barcelona – 1957: “Hay retoques que añaden palabras, letras, fragmentos de letras o acentos, y otros que suprimen tachando o borrando. …El uno ha suprimido, el otro ha añadido, el tercero ha limpiado: Todos procuran aumentar su claridad”

Dr. Camille Streletski  - Précis de graphologie pratique – Éditeurs Vigot Frères – 1936 : « Certaine lettres, déformées, inachevées ou simplifiées, sout complétées, après coup, pour qu´elles soient plus distinctes, plus lisibles ».

Comte Delpech de Frayssinet – Mémento de Graphologie – Éditeurs Payot, Paris - 1955 : «Une écriture est retouchée quand elle est corrigée après avoir été tracée soit par adjonctions, soit par suppressions. On amende après coup une écriture spontanée de premier jet, afin de la rendre mois imprécise et moins défectuosité, plus correcte et plus lisible. »

La escritura es una de las principales formas de expresión que permite comunicarse con aquel que se encuentra fuera del plano inmediato de la interlocución sustituyendo lo oral.

Ya sea con fines epistolares, informales, formales, religiosos, literarios o científicos, a través de lo escrito, un sujeto manifiesta y plasma sus ideas, deseos, necesidades, sentimientos, emociones, transmite sus pensamientos, sus experiencias, etc.

Al ser la escritura una forma de comunicación con aquel que está ausente físicamente tanto en el tiempo como en el espacio, resulta necesario que el mensaje escrito resulte claro,  comprensible y lo más legible posible

Sin embargo, en la escritura manuscrita esta claridad  y legibilidad pueden verse afectadas por diversas causas, por lo que en oportunidades el emisor efectúa  retoques sobre letras, partes de letras, palabras, signos de puntuación, números,  etc., de diferentes maneras. Con el fin de eliminar defectos o errores, perfeccionar lo escrito y acrecentar la comprensión del texto, tanto puede mejorar una conformación, modificar, efectuar añadidos, suprimir borrando e incluso tachando.

 

 

Generalmente, los retoques son realizados por el escritor con la intención de mejorar  la legibilidad y claridad de lo escrito, a pesar de ello en algunas oportunidades cuando los mismos se vuelven excesivos puede llegar a producirse  el efecto contrario.

Resulta necesario aclarar que si bien la mayoría de los grafólogos incluyen  generalmente en el concepto de retoque a toda corrección, adición,  transformación, etc. que se presente en un escrito, al  evaluar las diferentes modalidades  existentes de alteraciones documentales, algunos calígrafos, ante la sospecha de una modificación o adulteración gráfica dolosa (incumbencia que les corresponde), se inclinan por realizar una diferenciación entre retoque y enmienda, mientras que otros consideran el retoque como una forma particular de enmienda.

Algunos datos a tomar en cuenta

Debido a que los retoques  pueden ser consecuencia de  diferentes causas (materiales, ambientales, psicológicas o somáticas), al evaluar un escrito resulta imprescindible  considerar en primer lugar:

  • Que no corresponda a apuntes, borradores o notas efectuados para uso propio del autor (en cuyo caso no poseen mayor significado )
  • Edad del autor del manuscrito.
  • Nivel de educación
  • Destreza gráfica.
  • Manejo del idioma en que escribe
  • Contenido del texto, circunstancias y razones que motivaron su realización.
  • Si quien escribe habitualmente lo hace en letra de imprenta y se vio obligado por las circunstancias a hacerlo en letra cursiva.
  • Si ha sido realizado para reparar una alteración generada por el entorno físico, un problema de posición, una falla del elemento escritor (tinta o pluma), soporte o superficie etc.,
  • Que no sean consecuencia de una manipulación o alteración de origen doloso (en cuyo caso corresponde dar lugar al perito calígrafo).

Además  se debe tomar en cuenta cuál es la modalidad, qué objetivo tiene el retoque efectuado y qué errores se corrigen.

  • Si es para corregir un error gramatical o sintáctico (ortografía, uso idiomático, de la gramática, etc.).
  • Si se corrigió, modificó, agregó, omitió o tachó para mejorar y aumentar la claridad de comprensión del texto y pulir el lenguaje.
  • Si se efectuó para mejorar la legibilidad (en cuyo caso se debe evaluar por qué razón ésta se vio afectada).
  • Si se modificó el sentido de la palabra.
  • De qué manera ha sido realizado (en forma inmediata o posterior, en forma  ocasional, permanente o excesiva, si es necesario o innecesario).

Retoques como consecuencia de escasa cultura y/o falta de destreza gráfica

Escribir es un complejo proceso que se adquiere mediante la educación y la práctica.

A diferencia de los sujetos de mayor nivel educacional, que poseen un mejor o buen manejo de la estructura narrativa escrita, los que tienen escaso nivel de educación presentan problemas  para el manejo efectivo de lenguaje escrito, lo que les impide trasladar en forma satisfactoria la representación mental al plano del texto narrativo. Como una consecuencia de esto,  muchas veces se ven obligados a efectuar continuas rectificaciones a lo escrito.

A su vez, cuando el escritor posee escasa cultura, generalmente carece de destreza gráfica y falta de práctica en el manejo del útil escritor. En consecuencia la  escritura se le dificulta tanto por no tener muy en claro la conformación de las letras del alfabeto, como determinadas reglas ortográficas, e incluso por carecer de habilidad para manipular el elemento escritor.  En estos casos la escritura se entorpece, resulta dificultosa y puede efectuar retoques para mejorar la forma de una letra, corregir una falta de ortografía, agregar una letra o palabra olvidada o suprimir otras que están de más, etc. 

Retoque por falta de manejo en el idioma en que se escribe

Es muy probable que un sujeto pueda escribir  en forma correcta y sin errores en su lengua materna, sin embargo no siempre puede resultar tan así cuando se trata de escribir en otro idioma.

Cuando el escritor no posee un perfecto manejo de la escritura en otra lengua,  puede cometer  errores ortográficos o de redacción que dificulten el entendimiento de lo escrito, por lo que muchas veces, procura subsanarlos mediante retoques.

Por otra parte, la falta de dominio del idioma  hace que escribirlo represente un gran esfuerzo, por lo que en el escrito pueden evidenciarse signos indicadores de inhibición que no serán de interpretación patológica, sino que corresponden a un “balbuceo idiomático” y que de acuerdo a las circunstancias y a la calidad del vocabulario adquirido serán representativos de las dificultades en la gramática, la falta o búsqueda de la palabra correspondiente al concepto que se desea expresar, etc. 

A su vez en algunas oportunidades, aquellos sujetos que han dejado de lado por largo tiempo el uso de su idioma nativo para utilizar otro en forma permanente, bloquean  en parte el conocimiento de su lengua original  para aprender los nuevos conceptos del segundo idioma, por lo que pueden sufrir una inhibición activa de algunas palabras de su idioma original y al momento de escribirlas se les dificulta recordarlas y cometen errores que posteriormente corrigen. De igual manera y por las mismas razones, puede ocurrir que se altere el manejo de la construcción sintáctica de una frase o párrafo y al advertirlo efectúa modificaciones.

Retoque de acuerdo al contenido del texto, circunstancias y razones que motivaron su realización.

Erróneamente, muchas veces, se analiza la escritura independientemente de su contenido. Esto no resulta aconsejable en una evaluación grafopatológica, ya que sería juzgar a un sujeto sin conocer las circunstancias particulares que pudieron influir y favorecer la irrupción de las alteraciones observadas.

Las cartas o relatos de contenido emocional o afectivo, las solicitudes de empleo, los  testamentos ológrafos donde el sujeto comunica su última voluntad,  son algunas de las situaciones en las que los sentimientos del autor, sus emociones más íntimas, sus preocupaciones circunstanciales o latentes, entran en juego manifestándose en el escrito a través de diferentes accidentes gráficos.

Freud en “Psicopatología de la vida cotidiana - Obras completas”,  expresa:  “El hecho de que las equivocaciones en la lectura y escritura puedan aplicarse las mismas consideraciones y observaciones que a los Lapsus orales, no resulta nada sorprendente conociendo el íntimo parentesco que existe entre todas estas funciones…”.

El lapsus se produce por la superposición de dos ideas, las que el sujeto había elaborado previamente (en forma inconsciente) y la que le ocupa, en el momento de escribir, el centro de la consciencia.

 Los lapsus orales o lapsus linguae freudianos, poseen su equivalente en la escritura en el denominado lapsus calami, que refleja los verdaderos sentimientos del autor, sus estados anímicos, sus preocupaciones circunstanciales y latentes y que se manifiestan a través de los accidentes gráficos y las palabras reflejas.  

La palabra refleja contiene en sí misma una carga emocional que el individuo expresa escrituralmente alterando la estructura básica de la misma.

Cuando un sujeto escribe, una palabra determinada puede provocar en él, por asociación de ideas, un proceso emotivo (relacionado con sus problemas), este proceso moviliza cargas afectivas que excitan el SNC, que a su vez origina una descarga motora periférica la cual afecta la ejecución de dicha palabra.

Las repeticiones u  omisiones de letras, sílabas o palabras, errores gramaticales, las alteraciones de la forma,  de la presión, de la fluidez motriz, del ritmo, de la estructura basal, etc.,  son algunas de las formas en que los procesos emotivos  pueden afectar la escritura.

Incluso puede suceder que no se altere la palabra en sí misma, pudiendo en tal caso exteriorizarse el conflicto, por ejemplo, por medio de puntos sueltos accidentales o trazos incoherentes que pueden hallarse dentro o alrededor de la palabra conflicto.

La represión de un deseo o pensamiento, la duda, la falta de confianza en lo referente a que algo sea exitoso, la inseguridad, la angustia que aflora a la consciencia, son algunas de las causas que pueden provocar, como consecuencia de un choque emotivo, accidentes gráficos.

Al existir una estrecha relación entre la coordinación neuromuscular con el organismo integral y al estar estos íntimamente relacionados con las condiciones psicosomáticas del individuo, un choque emotivo perturbará la estructura básica de la escritura provocando diferentes anomalías gráficas (accidentes gráficos).

Independientemente  de la interpretación que la grafología emocional da a cada uno de estos casos en particular, en lo referente a la alteración presentada y a la causa que la ha provocado, ya sea porque escribió una palabra diferente a la deseada y la corrigió,  mejoró una conformación alterada, efectuó añadidos ante una omisión, suprimió, tachó, etc. , siempre que los retoques resulten necesarios, sean coherentes y no se evidencien en el escrito  indicadores que sugieran la presencia de graves alteraciones de las funciones psíquicas de orden patológico,  la intención del autor del manuscrito, al efectuar los retoques, es la de aumentar la claridad de lo escrito para no dar lugar a errores en la interpretación.

Diferentes tiempos y frecuencias del retoque

El retoque puede estar efectuado en diferentes tiempos:

  • En forma inmediata, luego de haber escrito una letra o un grupo de letras.
  • Al terminar de escribir una palabra.
  • Cuando se ha terminado de escribir una frase, párrafo, página o el escrito completo.

 Por lo que el retoque puede entonces estar efectuado en forma inmediata o en forma posterior.

Retoque inmediato

El retoque inmediato es el que  se realiza a continuación de haber construido  una letra o un grupo de letras dentro de la palabra. En este caso el  escritor advierte el error o fallo en el momento en que se produce y retoca en forma inmediata para solucionarlo. 

Se caracteriza por presentar:

  • Ruptura en el trazado de la continuidad de la palabra.
  • Alteraciones del coligamento y de la continuidad o cohesión
  • Alteraciones de la velocidad, que tiende a disminuir dentro de la misma palabra.

Si se efectúa  a continuación de haber completado la palabra se evidencia:

  • Una disminución de la velocidad al continuar con la palabra siguiente
  • Puede presentar una diferencia  de espacios entre palabras.

Si bien esta modalidad de retoque  es de origen inhibitorio, ello no significa que siempre deba considerarse como un indicador de origen patológico. De manera que antes de atribuir esta forma particular de retoque a graves causas inhibitorias, resulta esencial evaluar si coexisten en el escrito otros indicadores que así lo determine y si existe entre los mismos una influencia recíproca que señale una forma particular de actuación o patología.

Retoque posterior

El retoque posterior es el  que se realiza una vez que se ha finalizado de escribir una fase, párrafo, página o todo el escrito. En estos casos se evidencia:

  • Escritura más ligada o agrupada.
  • No existe un corte en el coligamento entre la letra retocada y la posterior.
  • No se presenta una mayor modificación de la velocidad al continuar con la palabra siguiente.

Esta modalidad de retoque corresponde generalmente al sujeto que revisa mucho y en profundidad para cerciorarse de que lo que ha escrito es lo que realmente pretendía decir.

Tanto el retoque inmediato como el retoque posterior, cuando se efectúan con discernimiento, sin insistencia ni exceso, ya sea  para aclarar una letra, palabra, número, etc.  que no se entiende, agregar un trazo, una letra o palabra faltante, pulir errores ortográficos o en una regla ortográfica, anular lo que  no corresponda, modificar un aspecto de la prosa, etc., señalan que el escritor necesita ser claro y no desea dar lugar a errores de interpretación.

Retoque ocasional

Es el  retoque que se presenta esporádicamente, en forma circunstancial en un solo escrito, para mejorar el aspecto, claridad  o legibilidad de algunas letras, palabras, números, signos que no han quedado del todo claros, corregir faltas de ortografía o errores cometidos en una regla ortográfica,  anular  letras o palabras, efectuar un agregado necesario para una mejor comprensión del texto, etc.

Siempre que el mismo no se presente en forma excesiva,  esta modalidad de retoque es característico del sujeto que es minucioso, desea ser preciso, claro y pretende realizar bien sus trabajos y se esfuerza en ello.

Retoque permanente

Se considera como retoque permanente a aquel que se evidencia en todos los escritos de un sujeto a través de una cronología.

Debido a que puede ser tanto una consecuencia de causas psicológicas como algunas de origen somático que afecte o no el psiquismo, resulta fundamental evaluar minuciosamente  en los diferentes escritos y en orden cronológico, tanto las características y modalidades de los retoques, como  la existencia de otros indicadores que  por su intensidad y frecuencia señalen una misma interpretación para no atribuir equivocadamente su presencia a perturbaciones psíquicas u orgánicas que no correspondan a causas reales que afecten al sujeto.

Retoque excesivo

El retoque excesivo puede presentarse en forma ocasional, como permanente. Para su correcto estudio se debe establecer una diferencia entre:

  • Retoque excesivo: se presenta  en un porcentaje excesivo en proporción a la cantidad de letras y  palabras que conforman el escrito.
  • Retoque insistente: se retoca dos o más veces una sola letra, palabra, signo, número, etc.
  • Retoque innecesario: el retoque no se justifica.

Todas estas alternativas pueden combinarse entre sí de diferentes maneras. Algunas de ellas son:

  • Retoque ocasional, excesivo
  • Retoque ocasional, excesivo, insistente
  • Retoque ocasional, insistente.
  • Retoque permanente, excesivo
  • Retoque permanente insistente
  • Retoque permanente, excesivo, insistente,
  • Retoque permanente, excesivo, insistente, innecesario,
  • etc.

Estas diferencias y combinaciones siempre deben ser consideras, ya que serán las que permitirán identificar, en conjunto con los restantes elementos que presente el escrito,  las diferentes razones que justifiquen su presencia.

Por ejemplo, cuando el retoque se presenta:

  • En forma inmediata, permanente, pero no  excesiva, ni insistente,  para mejorar una conformación, modificar, hacer ocasionales agregados, supresiones e incluso, de ser necesario, tachar algo, de acuerdo a otros indicadores que así lo confirmen, puede corresponder a un sujeto que es minucioso y ordenado que se fija en los pequeños detalles. En tal caso será  ordenado pero algo predispuesto a desviarse por pequeñeces del contenido esencial de las cosas, por lo que se lo considera como más dispuesto a hacer las cosas con mucha atención o detenimiento y más minucioso que activo.  No obstante ello no significa que padece un desequilibrio psíquico o patología.
  • En forma permanente y excesiva,  de manera insistente e innecesaria sobre letras partes de letras,  palabras, signos o números, es de origen inhibitorio y en conjunto con otros indicadores que así lo confirme, puede ser consecuencia de un exceso de escrúpulos,  indicando una forma de defensa contra la angustia, obsesión o compulsión, señalando un Superyo severo y un exceso de racionalización como por ejemplo se observa en la neurosis obsesiva – compulsiva.

Algunas causas

Algunas de las causas que pueden dar lugar a una escritura retocada, entre otras, son:

  • Necesidad de ser claro y preciso.
  • Consideración hacia quien se escribe
  • Necesidad de perfección. Meticulosidad.
  • Una pluma defectuosa,  irregularidades de la superficie del sostén o del apoyo, una posición incómoda  al escribir,  condiciones climáticas (frío, etc.)
  • Falta o escasa cultura gráfica  - bajo nivel de educación.
  • Torpeza.
  • Mal manejo del idioma en que se escribe.
  • Estados de fatiga o agotamiento (que pueden ser debidos a causas circunstanciales o permanentes de orden motriz – físico o psíquico – intelectual).
  • Choque emotivo /Actos fallidos.
  • Escrúpulos (éticos o religiosos)
  • Hipocresía.
  • Mentira.
  • Preocupación o temor pasajero.
  • Impaciencia. 
  • Impulsividad.
  • Agitación.
  • Irritabilidad.
  • Duda. Indecisión. Incertidumbre. Vacilación. Inseguridad.
  • Ansiedad.
  • Angustia.
  • Sentimiento de culpabilidad inconsciente.
  • Estrés.  
  • Hiperemotividad.
  • Hiperprosexia (ante un estado  de  peligro real, imaginario o patológico). Trastorno obsesivo de la personalidad.
  • Trastorno obsesivo compulsivo.
  • Estados depresivos o melancólicos.
  • Estados fóbicos.
  • Estados maniacos.
  • Surmenaje.  
  • Alteraciones que produzcan en mayor o menor grado un descenso energético de los sistemas neurofisiológicos (por ejemplo determinados estados afásicos, parálisis general, infecciones, lesiones, intoxicaciones, etc.).
  • Diferentes alteraciones somáticas que no afecten el psiquismo pero que modifiquen la modulación de la letra y su arquitectura gráfica alterando las formas o dificultando los movimientos, volviendo incluso en algunos casos a la escritura trabajosa. Por ejemplo determinadas lesiones visuales, cardíacas, respiratorias, renales, digestivas; alteraciones de los  sistemas musculares y óseos en general  y principalmente las de los miembros superiores que originen deficiencias motoras; la lesión, inflamación, compresión, traumatismo de los nervios motores asignados a los miembros superiores, etc. Todas ellas pueden condicionar la calidad de la escritura al generar alteraciones o modificaciones en el trazado y/o alterar la legibilidad. Ante esto, el  sujeto puede efectuar retoques para mejorar el escrito, sin que ello signifique que padezca de una inhibición o patología psíquica de ninguna naturaleza.

Sin embargo, al evaluar una escritura retocada, siempre debe considerarse que muchas veces las razones y causas no se excluyen entre sí y puede darse el caso de la concurrencia simultánea de varias de ellas.  Por ejemplo, podría ocurrir que el escritor no posea un buen manejo del idioma y además falle el elemento escritor o que el texto sea de contenido emocional y además ha escrito en una posición incómoda o que carece de nivel de educación suficiente y además sufre una inhibición patológica, o que padece una alteración de la motricidad que no afecta su psiquismo y además el texto es de contenido emocional, etc. Las posibilidades pueden ser múltiples por lo que siempre deben contemplarse todos los aspectos e irse descartando aquellos que no correspondan.

Vemos entonces que antes de extraer conclusiones definitivas  y sobre todo antes de considerar el retoque como un indicador de inhibición psíquica de orden patológico, resulta imprescindible evaluar tanto la modalidad del retoque y las razones que condujeron a efectuarlo,  como también la existencia  en el escrito de otros indicadores concurrentes, intensidad y frecuencia de éstos que señalen una misma interpretación.

 

FIN DE LA 4º PARTE

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